El imperio era gobernado por un emperador investido de una
autoridad absoluta, constituía una autoridad autocrática. Es decir, reunía en
su persona los poderes políticos, militar y religioso. Así como los jefes de la
iglesia, estaban subordinados al emperador. La época de mayor esplendor
corresponde al emperador Justiniano, que extendió los dominios del imperio. Su
gran sueño era restaurar la unidad y grandeza del viejo Imperio Romano. Junto
con sus Generales Belisario y Narsés conquistaron la mayor parte de Italia, el
sudoeste de Hispania y el norte de África. La principal labor de Justiniano fue
la recopilación y codificación de la sabiduría jurídica romana. Esta
legislación fue la base del imperio. Pero el desgaste que exigía el control de
un imperio tan vasto llevo al fracaso el sueño de Justiniano. El alzamiento de
los pueblos sometidos mas la aparición de un nuevo pueblo, Los musulmanes,
terminaron con con el Imperio Bizantino
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